The Big Bang Theory 7x09-“The Thanksgiving Decoupling”: Review
Por Alex Crespo
La celebración esta
semana de la tradicional fiesta estadounidense del Día de Acción de gracias,
además de dejarnos sin capítulos de estreno de varias de nuestras series
favoritas, suele ser marco habitual en la series de televisión. The Big Bang
Theory no iba a ser una excepción. Otra cosa es que el pavo les haya salido
bueno…
El episodio se ha
centrado en, por un lado, todo el tema de la boda desconocida de Penny con
Zack, y por otro, Sheldon y el suegro de Howard viendo el partido. Es una pena
que se haya desaprovechado el hecho de estar en casa de la sra. Wollowitz para
darle un poco más de protagonismo a sus gritos, que apenas habían aparecido
esta temporada. De hecho es la primera vez que la escuchamos en estos once
capítulos, creo. Era obvio que no iba a aparecer, y espero que nunca lo haga
porque es uno de esos personajes de los que debe protegerse el misterio a toda
costa, pero su participación en este capítulo ha sido menos brillante que en
anteriores ocasiones, cuando se presentaba una gran oportunidad para hacer una
buena historia con ella y, por ejemplo, Mike. Una pena.
Sin embargo, hemos
tenido otra entrega de las discusiones y desencuentros entre Penny y Leonard.
No soy precisamente fan de esta línea argumental, no suele ir a ningún lado y se
resuelve casi siempre de la misma manera. Y si querían meter el tema, yo
hubiese hecho que Penny se hubiera casado años atrás en Nebraska y que hubiese
venido a Los Angeles huyendo de ese matrimonio buscando una nueva vida, y por
eso rechazaba siempre las propuestas de Leonard. Así se le daba más morbo al
pasado de Penny, del que apenas conocemos algunas pinceladas (jolín, si es el
único personaje del que no sabemos su apellido), y sería introducir un giro
importante en la trama. No un giro especialmente original, ya que ha sido
utilizado mil veces tanto en la televisión como en el cine (“Desayuno con
diamantes” es la primera que se me viene a la cabeza), pero por lo menos sería
algo que obligaría a desarrollar la trama de Penny y Leonard de otra forma, ya
que el desarrollo que hemos visto hasta ahora está más que agotado. Pero por lo
menos esta trama este capítulo ha tenido una cosa buena: el regreso de Zack. No
le veíamos desde la cuarta temporada, y vaya si se le ha echado de menos. Su
completa y absoluta idiotez es enternecedora. En este capítulo hay dos momentos
tremendos, y Zack protagoniza uno de ellos con esa conversación en el comedor
antes de firmar los papeles. Ese un compendio de frase gloriosa tras frase
gloriosa. Sólo por él ha merecido la pena el capítulo. Ojalá que volvamos a
verle a menudo por aquí, porque es genial.
La otra trama principal
aprovecha esa sacrosanta tradición del partido de fútbol americano el Día de
Acción de Gracias, y que ha proporcionado algunos de los episodios más
memorables de la historia de la televisión, como aquel mitiquísimo de Friends.
Desde luego, este que nos ocupa no va a entrar en esa categoría, pero tampoco
ha estado mal. Reciclando dos viejos conceptos ya conocidos, los efectos del
alcohol en Sheldon y su conocimiento de las tácticas del fútbol americano, y
mezclándolo con las siempre difíciles relaciones suegro-yerno, se forma un
conjunto que no está mal, pero que tampoco es para tirar cohetes. La situación
la salva como siempre Jim Parsons, con una divertida actuación de Sheldon
borracho. Y nos deja ese segundo momento memorable del que os hablaba antes, y
es ni más ni menos que esa palmada en el trasero que le propina a Amy, y sobre
todo la carilla de satisfacción que se le queda a la pobre chica. Amy, haber
aprovechado su estado de embriaguez y haberle sacudido un buen meneo. No creo
que vayas a tener mejor oportunidad. Fuera de eso, las típicas bromas sobre la
supuesta falta de hombría de Howard por parte de su suegro, los preparativos de
la cena y todo lo habitual en este tipo de episodios tan característicos. Como
os digo, no ha estado mal pero tampoco es que haya sido de los mejores
capítulos de la temporada. Con lo que nos prometía el avance con el asunto de
la “boda despiste” de Penny pensaba que la cosa iba a dar bastante más de sí,
cosa que no ha sido, por lo que el regusto que deja el capítulo no deja de ser
de cierta decepción por las expectativas creadas. A ver si el descanso de esta
semana sirve para recargar pilas.
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